TUMORES CEREBRALES

Los tumores cerebrales constituyen una de las patologías que más impactan de manera negativa en la expectativa y en la calidad de vida de los pacientes suponiendo, además, un gran desequilibrio en la dinámica familiar.

Tipos

Un tumor cerebral primario, es un crecimiento celular anormal, benigno o maligno, cuyo origen se encuentra en el Sistema Nervioso Central, incluidas las meninges (tumor primario); o bien, ser secundarios, es decir, que se ha diseminado desde cualquier otra parte del cuerpo al cerebro, formando así un tumor metastásico, el cual contiene células que son como aquellas que le dieron origen en su localización primaria.

Síntomas

Teniendo en cuenta que un tumor cerebral puede aparecer en cualquier parte del cerebro, debemos saber que sus síntomas son extremadamente variables, similares a los de una enfermedad neurológica y dependerán de su localización y de la disfunción fisiológica o endocrina que produzcan. Es por ello por lo que deben realizarse pruebas de imagen para detectar las alteraciones anatómicas a nivel cerebral.

Entre los síntomas focales, los más frecuentes son las crisis epilépticas y los déficit neurológicos, que serán diferentes (alteración del lenguaje o de la memoria, hemiplejía, pérdida de visión o audición, cambios de personalidad…) en función del área cerebral afectada. Pero también pueden aparecer otros síntomas más generales como consecuencia del incremento de la presión intracraneal como podrían ser las cefaleas, náuseas o vómitos.

Clasificación

La clasificación entre distintos tipos de tumores se realiza basándose en dos aspectos:

  • Tipo de célula a partir de la cual se origina (astrocitos, células gliales, oligodendrocitos…)
  • Grado histológico que define el comportamiento biológico (agresividad) del tumor y que va de 1 a 4, siendo aquellos de grado 1 los que mejor pronóstico presentan.

La supervivencia global de los tumores cerebrales ha mejorado de forma considerable en los últimos años debido a los avances en las técnicas diagnósticas, quirúrgicas y de radio terapia y a la incorporación de la quimioterapia como tratamiento complementario.

El tipo de tratamiento recomendado depende del tamaño y el tipo de tumor, su velocidad de crecimiento, ubicación en el cerebro, y el estado general de salud del paciente. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radioterapia y quimioterapia, agentes biológicos dirigidos o una combinación de éstas. La resección quirúrgica (si no es peligrosa) es por lo general la primera recomendación de tratamiento para reducir la presión sobe el cerebro rápidamente.

Rehabilitación

Por su parte, la rehabilitación forma parte del tratamiento integral de la enfermedad y deberá estar enfocada en facilitar el retorno del paciente a su vida diaria (a nivel físico, social, profesional…) teniendo como objetivo conseguir el máximo nivel de autonomía funcional a través de la colaboración de equipos multidisciplinares en los que distintos profesionales (fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales…) trabajan de forma coordinada para desarrollar planes de rehabilitación individualizados.

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